lunes, 30 de enero de 2012

El delito de acoso sexual. Se evidencia la disminución de valor e importancia en los asuntos de la mujer con el caso de "Nancy Pastelin".

La semana pasada en la Ciudad de México se evidenció, exhibió y visibilizó un acto de acoso sexual ejercido por un hombre de nombre Isaac, supuestamente empleado como velador de un edificio ubicado en la Avenida Insurgentes Sur número 753, casi esquina con Arkansas en la Colonia Nápoles en contra de la jóven Nancy Rojo Pastelin de 28 años de edad.

El acoso consistió en la exhibición y demostración de masturbación que se realizaba el velador desde un estacionamiento que da al balcon del departamento de la joven, exhibiendose y haciendo todo lo posible por llamar la atención de la joven con el fin de que ella lo observara mientras este le exclamaba y gritaba frases e improperios lascivos. Además de repetidas ocasiones en las que el mismo individuo la agredía y hostigaba en la calle de forma verbal con comentarios también de tipo lascivos.


Las autoridades ante el acoso sexual


La joven acudió a los servicios de patrullaje de la policia para que la auxiliaran. Este servicio no acudió al llamado. Entonces la joven twitteo lo que estaba sucediendo y acudió a la siguiente instancia que fue inciar un procedimiento de denuncia ante la agencia del Ministerio Público número 31 de la Delegación Benito Juarez.

La respuesta de las autoridades de dicha agencia no dieron respuesta conforme a derecho y e hicieron caso omiso al miedo fundado de Nancy de ser acosada y con la posibilidad de ser atacada de manera más grave, ya que concluyeron que no se podía hacer nada hasta en tanto el sujeto no la "amarrara, la tocara o violara", es decir, mientras no la agrediera fisicamente. Le respondieron que nadie la obligaba a observarlo y lo que lo que el sujeto estaba haciendo era "echarle piropos fuertes".

La joven continuo posteando y narrando en su cuenta de twitter lo que iba sucediendo, tanto con el individuo que se masturbaba como las respuestas obtenidas con las autoridades. Posteriormente realizó un video en el que denunciaba y manifestaba la falta de seriedad y de protección que le brindaron las autoridades a las que acudió y se inció toda una expansión del video y denuncia de la joven Pastelin en las redes sociales.

El resultado de los twitts fue tal que el caso llego a oidos de diferentes organizaciones, instituciones y personalidades públicas, políticas y de los medios de comunicación, además de un movimiento ciudadano que se solidarizó con la mala experiencia de Nancy e hicieron manifiesta también su inconformidad y reprobación tanto del acto del individuo como de la respuesta de las autoridades, demandando que se tomaran cartas en el asunto. Fue tal el movimiento y ruido que se dio principalmente en esta red social que el caso llegó a oidos de autoridades de mayor jerarquía, lo que resultó en la supuesta suspensión y remoción de las autoridades que habían atendido el caso en primera instancia, así como de la busqueda y detención del hombre con necesidades de masturbarse y exhibirse de esa manera.

Un caso visible de muchos que suceden diariamente

Es lamentable lo que vivió la joven Pastelin, sin embargo este caso ejemplifica perfectamente el grande problema cultural que padece seguramente no sólo la mujer mexicana, sino la mujer en muchas otras sociedades patriarcales. Con este ejemplo se hizo visible la violencia, agresión y acoso sexual a la que se encuentra sujeta la mujer en su vida cotidiana, se visibilizó la falta de sensibilidad de género de las autoridades mexicanas, de lo poco efectivo, incapacidades e ineficacia del sistema policiaco y de vigilancia, de las grandes fallas en el sistema de administración de justicia de México.

Se visibilizó el gran camino que falta por recorrer para conquistar una verdadera equidad de género, en donde la mujer u otros grupos vulnerables con preferencias sexuales e identidades distintas del órden heteronormativo (e incluso el mismo hombre heterosexual en menor medida) siguen siendo sujetos a este tipo de actos porque son vistos como actos de menor importancia, son actos "normales".

La sociedad todavía discute si el acoso sexual es un delito o no

Actos a los que cada quien le da un valor o concepto diferente, para ello sólo hay que observar la gran cantidad de comentarios que se han estado divulgando. El debate social plasmado (por personas de diferentes nacionalidades, no únicamente mexican@s) en distintas redes sociales, comentarios en artículos, y en los mismos videos que se difundieron de Nancy, se dividió en dos grandes grupos:

1. Los que desaprobaron los actos de masturbación y hostigamiento a la joven Nancy. (Quiero pensar que fue muchísima más la respuesta social de este grupo y que se solidarizó e inició todo un movimiento, denunció y demando a las autoridades su injerencia y que finalmente influyó para ejercer presión sobre ellas).

2.  Los que argumentaron bajo una ideología de género patriarcal heteronormativa muy primitiva. Cabe mencionar que en este grupo hubo tanto hombres como mujeres que mostraron un tono más tolerante al hecho de masturbación del velador y como rescate a algunos de sus comentarios algun@s opinaron que se trato de piropos, para otr@s exageraciones de feministas extremas, hasta se utilizó el concepto de "feminazi", otr@s más hasta les llamaron cortejos, otr@s hasta pensarón que estuvo bien lo que le pasó a Nancy.

Las justificaciones variaron, entre ellas: "porque ella se lo buscó"; "ella lo provocó", "podía cerrar la ventana y comprarse unas cortinas"; "porque tod@s tenemos derecho de hacer con nuestra sexualidad lo que queramos";"que le pasó por ser una desinformada de las leyes y por no estar interesada en causas más justas"; "porque es una desquiciada que nada tiene que andar viendo lo que hacen sus vecinos";  "porque a mi también ya se me antojo, está linda la chica y yo también me estoy masturbando"; "porque es una exagerada que quería llamar la atención y hacerse famosa"; "que las autoridades le hicieron caso porque es una persona de clase pudiente"; "que pobrecito del velador"; "que vieja loca por su culpa se quedarán sin comer quien sabe cuantas bocas hij@s del velador" etc.

Esto sin duda denota una gran riqueza y variedad de criterios, juicios y percepciones de la ciudadanía en general y del estado actual de las formas de pensar, del progreso y nivel del pensamiento crítico de nuestra sociedad, es decir, hay de todos los niveles. Se plasma en este último grupo, por el nivel de discusión, el estancamiento evidente del órden de género primitivo que nos gobierna. Un órden de género heteronormativo, patriarcal y capitalista que sin duda habrá avanzado mucho en el discurso político y que ha sembrado leyes, normas e instituciones en lo público para determinar lo que es políticamente correcto e incorrecto y de ahí determinar lo que debemos hacer y decir en público, lo que es un acto de reprobación o aprobación pública, sin embargo, en la esfera privada y en lo particular much@s siguen creyendo que dicho discurso no tiene ninguna validez, se sigue creyendo que está bien mientras se haga donde nadie nos vea, en lo clandestino.

No refleja otra cosa más que no estamos preparados aún para ser parte de una sociedad, de un sistema y de un Estado de Derecho no sólo en el que deba prevalecer el respeto a los derechos de los demás, sino que creamos y estemos conscientes de ello. Este tipo de comentarios muestra el tremendo retraso que existe en materia de equidad de género y de reconocimiento y valor cultural a la mujer; denota la falta de respeto que tenemos por los derechos humanos en nuestra sociedad sobre todo cuando se trata de la mujer.

Seguimos siendo unos bebes en pañales en materia de género, seguimos creyendo en que hemos avanzado mucho y que ya está casi conquistada la equidad de género porque contamos con el derecho a votar y ser votadas  desde 1953, porque el Distrito Federal cuenta con una Ley de acceso a las mujeres a una vida libre sin violencia, porque contamos con el Instituto Nacional de las Mujeres y algunos estados más con su Instituto estatal, porque la brecha de género nacional en materia de educación es mínima, porque la fuerza laboral nacional de México se compone de un poco más del 40% de población femenina, porque contamos con un 30% de mujeres dentro del congreso, porque el Estado Mexicano firmó y ratificó tratados internacionales que establecen el respeto y protección a los derechos de la mujer como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, porque en el Distrito Federal se reformó el Código Penal para permitirle a la mujer decidir sobre su propio cuerpo, porque se aprobo el matrimonio y adopción entre personas del mismo sexo. Pero de todas estas leyes y  números ¿qué es efectivo?, ¿qué es verdad?, ¿siguen siendo cifras, números y leyes para justificar que somos parte de un Tratado Internacional?

Cuando ahondamos un poco más en la vida cotidiana y privada de la mujer, cuando el escaparate no es en la vida pública, sino en la privada es cuando observamos el verdadero valor que le damos a la mujer en nuestra sociedad, sigue siendo un valor denigrado, inferior e insignificante.

Cuando me refiero a que no estamos preparados aún para que el Estado nos ofrezca un sistema de policia y vigilancia, administración de justicia, creación de leyes y hasta una clase política impecable y de primer nivel, lo hago haciendo referencia precisamente al nivel de discusión que traemos.
No nos ponemos de acuerdo en algo tan evidente y todavía hay que recolectar y discutir todos los elementos y tratar de enteder y justificar el delito de acoso sexual.

Nada de esto se presentaría si contaramos con un sistema de vigilancia y policia eficiente. No tendríamos que hacer materia de discusión una falta que evidentemente viola una norma, una ley y que se debe subsanar con una sanción previamente establecida. No debería darse un debate público para determinar si lo que hizo este individuo es correcto o incorrecto. Sabemos lo que es correcto y lo que es incorrecto, ¿por qué nos enfrazcamos en estos juegos de doble moral?, ¿en estos juegos de querer medir la justicia bajo nuestra propia vara?, ¿el que se emita un juicio de valor desaprobando a la joven por la razón que se considere que justifica lo que le pasó, va a brindar un mejor empleo o salarioa quien lo hace?, ¿va a ofrecer un mejor espacio para vivir?, ¿un mejor ambiente para que crezcan tus hij@s?, ¿el que hagas comentarios de que tú también te estás masturbando al ver el video de Nancy, te va a hacer más hombre, te va a dar más poder o más control sobre tu vida y tu calidad de vida?, ¿el que juzgues y digas que ella lo provocó va a hacer que tú, tu hija, mamá, esposa, hermana vivan en un lugar más seguro?, ¿va a hacer que tú tengas y logres todo lo que deseas?

Se sigue dando una gran influencia en nuestras maneras de pensar por las líneas de dominación y sujeción que se interseccionan desde la posición y condición en la que nosotr@s mism@s nos encontramos en el tejido social, posición y condición que no aceptamos, no desafiamos o tratamos de cambiarla o mejorarla.

No hemos aprendido que todos somos victimas de algunas situaciones y victimarios de otras tantas y viceversa. De la misma manera en que a veces somos oprimidos, otras veces tenemos la oportunidad de ser opresores, de alguna manera y en alguna circunstancia se nos presenta a tod@s la oportunidad de dominar o al menos de sentir que estamos dominando. Al menos se nos presenta esta oportunidad de poder y control al ejercer nuestra opinión en la que somos los jueces más estrictos y duros o los más justos e imparciales según como medimos desde nuestra propia posición y condición. Creemos que el mal trato se justifica a personas que se encuentran tal vez, (y tal vez, porque esto es una opinion apriori) en una mejor o distinta condición o posición respecto de nosotr@s, ya sea hacia abajo o hacia arriba, o hacia un lado o hacia el otro.

No hemos aprendido a ser más solidarios, a ser más justos, a informarnos mejor antes de emitir juicios y opiniones. No hemos aprendido que "El respeto al derecho ajeno es la paz", no hemos aprendido "No hagas lo que no quieras que te hagan".

Pero estamos aprendiendo a opinar, estamos aprendiendo a expresarnos a través de las redes sociales, estamos aprendiendo que hay una gran diversidad de opiniones y juicios, justos o no, eso estamos aprendiendo, y eso al menos debe ser parte de un proceso que nos pondrá del otro lado o a un mejor nivel en el futuro.

Para concluir, me parece que este hecho evidenció tres cosas principalmente:

1.- No hay un reconocimiento cultural e institucional general todavía que repruebe las figuras de agresión, hostigamiento, acoso y violencia sexual. No existe la sensibilización de género pertinente en los servidores públicos y autoridades encargados de administrar y aplicar las  leyes que supuestamente se promulgan para proteger, normar y sancionar este tipo de actos. Estas son leyes que se encuentran vigentes únicamente, más no son leyes positivas y mucho menos normativas, es decir, son leyes de adorno que cumplen con cuotas comprometidas en Tratados Internacionales. La mujer sigue teniendo un valor menor y denigrado como ser humano en relación con el varón ante los ojos de muchos y más aún cuando se trata de materia sexual.

2.- El sistema de administración de policia, vigilancia y justicia no funciona, se encuentra despostillado. La pobreza de nuestras leyes vigentes y no efectivas, de nuestras autoridades ineficientes y de la sobreactuación de las mismas para lavar su imagen es evidente.

3.- Las redes sociales son una nueva herramienta de empoderamiento, enriquecimiento de debate público y diálogo entre l@s ciudadan@s, la sociedad civil y el Estado.
Ha cambiado la dinámica en la que el o la ciudadan@ eran simples expectadores y se encontraban en el anonimato y en la corriente de incompetencia, corrupción y abuso que impera no sólo en nuestro sistema de gobierno sino en el sistema en general. De ahí que tomemos conciencia de esta herramienta poderosa para progresar y evolucionar como ciudadan@s, como sociedad y como seres human@s.

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